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20 de febrero de 2012

SHERLOCK HOLMES

Una de las principales características de algo que se considere "clásico" es que es aplicable a cualquier época. El personaje que creó Sir Arthur Conan Doyle en 1887 está tan fresco como el primer día. Buena prueba de ello son las innumerables películas y series que se han hecho inspirados en este mito y que, sin lugar a dudas, se seguirán haciendo. Como un brillante ejemplo de la actualidad del método deductivo, la BBC nos ofrece este Sherlock revisitado y adaptado pero que conserva de manera brillante (y bastante sorprendente) el espíritu y la esencia del Sherlock Holmes clásico. A las ya de por sí apasionantes y enrevesadas tramas que esta serie propone (no dejan de ser en cierto sentido clásicas) se introducen innovaciones formales que no hacen otra cosa que dotar de mayor interés y originalidad a la obra. En primer lugar, la organización en capítulos es todo menos "estándar". La decisión de reducir la temporada a 3 capítulos de algo menos de 90 minutos me parece un verdadero acierto. Da más tiempo a desarrollar la historia, el espectador puede sumergirse mejor en el capítulo sin llegar a cansarse. El tempo del misterio a resolver se ajusta más así a la psicología original de la obra de Conan Doyle. A veces es mejor contar 3 historias pero hacerlo de la mejor forma posible que intentar mostrar 12 ó 13 y dejarlas a medio camino. En segundo lugar es indudable que (por lo menos la primera temporada) la factura técnica está especialmente cuidada con detalles como mostrar los mensajes de los móviles en pantalla. La escena de la rueda de prensa del primer capítulo es un ejemplo de creatividad y humor en este sentido. Todo está cuidado al detalle (como no podía ser menos), desde la banda sonora a la dirección artística pasando muy especialmente por una fotografía realmente impresionante capaz de crear diferentes atmósferas de manera sobresaliente. Y por último no puedo terminar esta crítica sin hacer mención de los actores. Tanto el personaje de Sherlock Holmes como el de John Watson están dotados de una profundidad rica en detalles psicológicos que enriquece la serie de forma notable. Se introducen detalles que no desvirtúan la esencia de la obra de Conan Doyle como por ejemplo la tendencia sexual de Sherlock Holmes o el pasado de médico-soldado de John Watson. Todo ello no hace sino acrecentar el interés, renovar un estereotipo para hacerlo aún más atractivo. Tanto Benedict Cumberbatch como Martin Freeman están magníficos, creíbles, sabiendo captar el humor de los personajes, rezuman autenticidad.

SUSPIRIA

Una cinta que se circunscribe dentro del terror paranormal sobre ciencias oscuras con alguna impronta del subgénero giallo. La cinta propone en su primera parte una atmósfera oscurísima, con escenarios repletos de intriga y estilo marcadamente gótico. La acción se desarrolla dentro de una casona donde un tenebroso secreto se esconde tras una fachada inocua. En una casona donde enseñan danza ingresa una jovencita que irá poco a poco dándose cuenta de que las cosas allí no son para nada normales. Ambientes siniestros, lúgubres pasadizos, clima opresivo repleto de misterio, extraños fenómenos que sobrepasan la normalidad del típico asesino slasher, una fantástica fotografía y utilización de la iluminación para generar ambientes sugerentes desde el misterio, sombras y secuencias con algunos dejos de surrealismo, poca sangre y mucha intriga, inquietantes sonidos y susurros en la oscuridad, banda sonora electrónica que genera nervio y turbadora sensación de amenaza constante… Como vemos, los elementos son propicios para una cinta de suspense de atmósfera malsana con toques de ocultismo. Pero lo lamentable es que Argento no sabe dosificar la intriga en las secuencias ya que se tornan por allí demasiado largas y poco consistentes. Hay situaciones donde la protagonista se entromete en espacios muy oscuros y termina por allí agobiando la falta de precisión en la exhibición del fenómeno maligno que trastorna. A ello le sumamos que el desenlace es tremendamente improvisado y deja la amarga sensación que la cinta funciona desde su estética pero no tiene buena base argumental. Tampoco posee contundencia en la efectividad para generar el horror por falta de manejo y capacidad en la presentación de las variantes que dan vida al conflicto principal. Argento se ocupa mucho de lo estético y se olvida de hacer un filme claro desde su perspectiva literaria.