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7 de enero de 2012

MUERTE ENTRE LAS FLORES

El cine de los Coen tiene algo de particular, sus películas jamás decaen, se mantienen constantes, vigorosas y tremendamente sólidas durante todo el metraje. Como olas que perpetuamente han de golpear contras las rocas para volver al mar y volver a golpearlas continuamente.
Nunca aparece una escena definitoria, efectista donde conseguir la atención del público. El ritmo y el sello de calidad de sus películas aparecen desde el primer minuto y en ningún momento pretenden causar mayor o menor efecto que el necesario para llevar el film a buen puerto. Eso que dicho así suena tan sencillo, es parte de la maestría incuestionable que tienen los Coen, ellos afirman sin embargo que solo son dos tipos que hacen su trabajo de manera competente.
Pero a pesar de sus intenciones, tiene el talento para además, sorprenderte y dejarte esperando más a cada escena. Haciendo de sus películas algo inolvidable
Es el cine de los Coen, el cine de las contradicciones, mantienen a lo largo de sus películas un ritmo lento y pausado pero energícamente violento, son películas secas y áridas pero llenas de humor ácido y negro. Son dramas violentos revestidos de una venda cómica crítica.
Sin llegar a la maestría de Fargo, Muerte entre las Flores, supone no sólo una excelente película sino uno de los ejemplos más interesantes a la hora de estudiar el cine noir moderno. Una película empapada de clasicismo con un guión avasallador, en la que cada frase es siempre acertada, con diálogos insuperables. Consiguiendo que una vez que veamos al hombre del sombrero jamás podamos olvidarnos de él.
Diálogos enmarcados en solemnes actuaciones, un ritmo candente de solidez y temple, y una cámara siempre en el lugar exacto... señoras y señores, esto es cine.

DARKNESS

Una película de terror que en su afán por mantenerte expectante termina perdiéndose por el camino. La primera hora es exasperantemente lenta, con momentos de tensión tramposos para mantener la intriga, pero donde la trama no avanza hacia ningún sitio y simplemente se limita a presentarnos el contexto .

Una vez has llegado a esa hora de metraje, sin haber pasado miedo alguno y tras varios bostezos de por medio parece que la película empezará a jugar sus cartas, pero todo se queda en un pequeño farol que conduce a un giro que resulta tan tramposo como a la vez previsible y poco sorprendente que para postre termina desembocando en un final precipitado y casi fulgurante donde te das cuenta que la película no ha aprovechado en ningún momento su mejor baza .

Si a todo esto le unes que la puesta en escena es tremendamente irregular, con los momentos menores y secundarios bastante conseguidos, pero que en los momentos clave y donde la cámara debería ser firme el director opta por un montón de efectos mareantes que lo único que consiguen es distraerte, terminas dándote cuenta que has pasado hora y media ante una película que no te ha contado casi nada, con la que no has pasado miedo, en la que los personajes te han resultado distantes y cuya historia, o al menos planteamiento, ha sido tremendamente desaprovechada.

En definitiva, una película de terror que promete más de lo que nunca te llega a dar, una película que pretende ofrecer un argumento de calidad que de pie al terror psicológico, pero que en ningún momento llega a producir esta sensación. Una película que por momentos te hace pensar que el cine de sustos y terror adolescente quizá no esté tan mal, al menos en esos productos sabes lo que te vas a encontrar y no te van a defraudar aunque su calidad sea pésima.