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4 de enero de 2012

ZODIAC

Extraño y obsesivo film de David Fincher. Un director inclasificable, con un talento natural, un director en continuo movimiento, no se estanca, no se ancla, no espera. Actúa y madura a cada película que realiza.

Zodiac es un thriller que técnicamente no es un thriller, es un drama que técnicamente no es un drama. Es el seguimiento, meticuloso y calculado de una serie de asesinatos sin resolver. Un puzzle en el que hay muchas piezas y pocas encajan. Fechas, cartas, notas, dibujos, sospechosos, pruebas, cadáveres. Periodistas y policías y una sociedad asustada y a la deriva. Todo ese largo proceso, todo ese largo y escabroso camino de búsqueda es lo que obsesiona a Fincher. Que construye un enorme laberinto plagado de datos. Huye de los clichés, de los tiros y las explosiones sin sentido. Crea una película extraña, por momentos fría y lejana, pero capaz de exprimir un potente y dramático suspense.

Zodiac es una buena película, no es perfecta y no es fácil de seguir, en algunos momentos es fácil desconectar, pero hay algo en ella que te impide dejar de mirarla. Esos personajes (memorables Downey Jr, Ruffalo y Gyllenhaal) perdedores y frustrados. Uno nadando en alcohol, otro perdido en la investigación y el último con una enfermiza obsesión. Esa ambientación, esa sensación de que todo puede ir a peor, esa sensación de frustración, esa extraña sensación de perseguir las respuestas sin conocer las preguntas.

En Zodiac prima el miedo, la obsesión, la construcción y la búsqueda de la resolución de un problema complejo bajo una atmósfera opresiva. Una obra arriesgada, diferente, densa y notable.