En la vida de la teniente de la policía de Lille, Lucie Hennebelle, el verano transcurre con tranquilidad hasta que sucede un hecho sumamente peculiar: un ex amante suyo acaba de perder la vista mientras visionaba un cortometraje que acababa de comprar al hijo de un coleccionista que ha fallecido poco tiempo atrás. Se trata de una película muda, anónima, con un toque nocivo, diabólico y misterioso.
A trescientos kilómetros de distancia, los jefes del comisario Franck Sharko, de la policía criminal, lo presionan hasta que éste accede a volver al servicio luego de haber dejado el departamento. Se han encontrado cinco cadáveres enterrados bajo dos metros de tierra y no es posible identificarlos debido al terrible estado en el que han sido hallados: su cabeza está abierta, sin cerebro, ni dientes, ni ojos. También las manos les fueron cortadas. Junto con el descubrimiento que Lucie hace de los espantos que esconde la cinta, una enigmática llamada la advierte sobre la vinculación entre esa película y el hallazgo de los cinco cuerpos. Por eso, Lucie y Sharko, en apariencia dos seres diametralmente opuestos, tal vez por eso destinados a encontrarse, deben comenzar a trabajar juntos en este macabro caso que los ha unido.